Mayo 2014
La imagen de los músicos me es muy atractiva, quizás es por el
movimiento que ejercen al tocar, que parecería ballet en esos momentos donde todos
los violines al unísono ejecutan sus movimientos. También podrían parecer una danza contemporánea, donde cada instrumento ejecuta su parte con diferentes
movimientos pero al mismo ritmo. Mas la concentración casi "mística" de los
intérpretes, aunado al prodigio mismo de la música que se sucede con esos
movimientos y esa concentración, parecería casi imposible que surja de ello; si, además, el interprete tiene carisma y alma, el embrujo es total.
En esta ocasión me topé con la imagen de una chica tocando el violonchelo y me cautivó de inmediato.
Hice unos dibujos previos (este es uno de ellos).
Y dejando de lado la imagen y solo guardando su recuerdo y apoyado por unos bocetos, empecé a construir, a
manchar, a dejarme llevar… para luego romper, construir, quitar y agregar.
En este particular caso, salvo la primera pieza en blanco y negro que es de
primerísima intención, las siguientes tres fueron el resultado de arduas sesiones que
prácticamente abandoné frustrado por
3 o 4 meses. Entre un tiempo y otro, las vi varias veces e intenté trabajarlas para luego guardarlas de
nuevo.
Finalmente, una tarde lluviosa de mayo, puse música, me inspiré, las retomé y fluyeron en cosa de unas horas. Divertidísimas, coloridas y mágicas, resultaron finalmente lo que yo quería.
Aquí se las muestro, espero que les gusten como a mi.
Ricardo
Ricardo
Título: "Una tarde lluviosa de mayo"
Autor: Ricardo Parra Moreno
Técnica: Acrílico sobre papel
Medidas: Blanco y negro - 50 x 70 cm
Las tres siguientes: "azul blanco", "amarillo naranja" y "oro rojo": 42 x 62 cm
Precio: $4500 c/u
(las cuatro piezas: $12,000)
Que belleza¡
ResponderEliminarMucha fuerza y movimiento. Maravilloso.
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