MUSEO JUMEX
(Miguel de Cervantes, "Nuevo Polanco", junto al Soumaya)
Ir a este museo de arte contemporáneo resultó una confrontante, interesante, loca y divertida experiencia.
Hay que ir a jugar con los conceptos y las ideas plásticas y, hasta donde sea posible (lo cual es muy muy difícil), libre de prejuicios.
El espacio y la museografía me parecieron excelentes, el enorme elevador y la escalera: padrísimos.
Jueguen con sus propios conceptos... y los ajenos.
Yo me encontré cosas geniales y otras absurdas; una divertidas y otras más bien aburridas y sosas; de alguna manera, un poco como es nuestro tiempo.
Y como digo al principio, resultó confrontante, interesante, loco y divertido.
Estas fotos pertenecen a la parte de arriba luminosa y abierta; abajo continúa, pero en penumbra y luz artificial que veremos en otra ocasión.
Una mesa de billar redonda con una bola roja flotante -la antítesis del billar- (vean al fondo: un colchón en la columna).
Una cabeza de res en formol, del artista posiblemente más caro del mundo: Damien Hirst.
Simplemente eso: un dedo en su nicho.
Aviones recortados y pegados en un fondo azul.
Una serie de 80 y tantas fotos de instantáneas equilibradas de cosas disímbolas en un instante efímero.
La escalera del museo (la foto la firmo yo).
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